Cómo sentarse bien en el sofá y conseguir una postura saludable

26/01/2015 | Noticias

«¡Por fin sentado!». Esta frase la repetimos la mayoría de las personas, verbal o mentalmente, cuando llega el momento de descansar al final del día, después de una larga e intensa jornada. Entonces, el sofá se convierte en nuestro aliado y sentados en él nos colocamos como nos sentimos más cómodos, sin caer en la cuenta de que quizá no sea una postura saludable.

Sentarse bien en el sofá, esto es, manteniendo la espalda erguida y alineada, repartiendo el peso entre las dos piernas, apoyando los pies en el suelo y colocando las rodillas en ángulo recto con la cadera, es muy importante para descansar eficazmente, pero sobre todo es primordial para prevenir inesperadas molestias cuando nos levantamos. Sentarse de manera inapropiada puede ocasionar tensión muscular y dolor de espalda, por lo que para evitarlo hay que adoptar una postura saludable. A continuación, presentamos una serie de recomendaciones que conviene tener presentes para conseguirlo:

Columna alineada: Es muy importante que la columna se mantenga en posición neutra, ya que así se reparte bien el peso de nuestro cuerpo. Da igual que estemos sentados o tumbados, lo ideal es que la espalda conserve su curvatura natural, es decir, que la zona cervical y lumbar se doblen hacia dentro y la dorsal hacia fuera.

Esto se consigue más fácilmente si el tamaño del sofá se corresponde con la altura de la persona. En este sentido, no hay que pensar en las dimensiones finales del mueble, sino en la altura del respaldo y en el fondo del asiento. En general, hay que saber que el asiento de los sofás oscila entre los 90 y los 100 centímetros, pero también los hay con fondo reducido de 80, como los modelos Alex, Boom y Topacio que elaboramos en nuestra fábrica de sofás en Zaragoza.

Zona lumbar protegida: La zona lumbar, junto con la cervical, es la que soporta mayor tensión al estar sentados. Para lograr una postura saludable y que esta zona no sufra, hay que apoyar bien los huesos de la pelvis en el asiento, la parte baja de la espalda en el respaldo y los pies en el suelo.

El uso de cojines es muy útil para evitar huecos entre el sofá y la espalda y, de este modo, proteger la zona lumbar. Otra posibilidad mucho mejor es elegir un sofá con diseño ergonómico que, por ejemplo, incorpore riñonera viscoelástica, que está pensada precisamente para esta finalidad, pues se adapta muy bien a cada contorno. Algunos modelos con riñonera que se pueden encontrar en nuestro catálogo son el Hot, Noelia, Nuria, Nerea o Gloria.

Cuello: Para que el cuello no se resienta, conviene que la cabeza se apoye de manera natural en el respaldo y se mantenga alineada con la espalda. Esto solo es posible si el respaldo no es ni muy bajo ni muy alto, ya que en el primer caso se inclina la cabeza hacia atrás y, por tanto, la nuca no se apoya, mientras que en el segundo, se empuja la cabeza hacia delante provocando que los músculos de la zona del cuello se pongan en tensión.

Para quien le gusta descansar en posición semitumbada, lo más recomendable es elegir un sofá con respaldo reclinable, como por ejemplo nuestros modelos Alex, Topacio, Noelia, Nuria o Natalia, ya que permiten adoptar esta postura y mantener a la vez la espalda totalmente alineada, sin afectar al cuello.

Mejor sentado que tumbado: Tumbarse en el sofá es un hábito muy frecuente que resulta muy cómodo para muchas personas. En cambio, hay que tener presente que los sofás están diseñados para sentarse y que poseen características distintas a las de una cama. Para quienes les gusta echarse en el sofá, tanto si lo hacen de lado como boca arriba, les aconsejamos el uso de cojines, que tendrán que colocarlos principalmente debajo de la cabeza y, según la postura, también de las rodillas para conseguir una postura saludable.